Hace exactamente 95 años se dio el primer vuelo de un avión propulsado por un motor-cohete. Hacemos un viaje retrospectivo sobre este avance tecnológico que cambió trascendentalmente la manera de movilizarnos a otros puntos.
El 30 de setiembre de 1929 se daría el evento histórico del primer vuelo de un avión propulsado por cohetes. Este hecho se dio gracias a la colaboración bastante inusual entre un magnate del automóvil (Fritz Von Opel) y un diseñador de aviones.
Fritz Von Opel, nieto del fabricante de automóviles alemán del mismo nombre, creía que podía mejorar la reputación de la empresa montando cohete a sus coches de carreras. Su primera hazaña fue establecer un récord de velocidad en tierra de 148 millas por hora en mayo de 1928, conduciendo un automóvil equipado con cohetes (el auto tenía la particularidad de tener dos alas en ambos extremos).
Opel también creía que el futuro de la aviación estaba en la propulsión de cohetes, por esa razón, terminó asociándose con los pioneros de los cohetes alemanes Friedrich Sander y Max Valier para hacer realidad sus sueños. El magnate compró un planeador fabricado por Alexander Lippisch y con la ayuda de Sander montó dos cohetes de pólvora negra en la parte trasera del avión.
Debido a que el planeador incluía un diseño canard delantero, Lippish lo llamó “Ente Alemán para pato”, ya que la palabra canard en idioma francés significa pato. La primera prueba se dio el 11 de junio de 1928, pero no tuvo gran éxito ya que los cohetes no se encendieron.
En el segundo intento, un cohete se encendió según lo planeado, permitiendo que el “Ente Alemán para pato” logre despegar. El piloto de pruebas para la ocasión fue Fritz Slamer quién lo voló a 4,900 pies antes de hacer un aterrizaje perfecto, completando el primer vuelo de un avión impulsado por cohete.
La tercera prueba, disparó ambos cohetes, pero no salió según lo planeado, ya que un cohete se disparó perfectamente pero el segundo explotó. El avión dañado despegó con la potencia del único cohete, pero con sus superficies de control sin funcionar y gran parte en llamas. El piloto Slamer pudo escapar con vida apenas, mientras el “Ente Alemán para pato” se quemaba hasta convertirse en cenizas.
El magnate Opel no se desanimó, terminó comprando otro planeador, con una configuración más tradicional e instaló 16 motores cohete en la parte trasera. Llamó al primer avión cohete especialmente diseñado del mundo bajo el mote de “Opel Rak 1”.
El 30 de setiembre de 1929 frente a una gran multitud reunida, incluido grandes medios de comunicación el magnate Opel logró volar durante 75 segundos, cubriendo una distancia de casi una milla, por lo que se estableció esa fecha como histórica.
Después de aterrizar forzadamente y lograr sobrevivir frente a la multitud, el avión quedó con algunas secuelas.
A pesar de la gran innovación que supuso esto para el magnate, resultó ser el último experimento por parte Opel ya que el socio mayoritario de la empresa de Opel “General Motors” prohibió a la empresa del magnate seguir realizando experimentos de cohetes debido al alto costo que suponía.
De igual forma, la hazaña de Opel fue un paso significativo para que posteriormente despierte el interés en otros pioneros en fabricación de aviones tanto en Alemania, Italia y Estados Unidos.