(Por Yluux.com) El equipo de Yluux siempre se destacó por su amor hacia la naturaleza, con algunas excepciones de composiciones de nuestra sociedad, pero siempre los fotógrafos Tetsu Espósito, Sebas Sorera y Elton Núñez se destacaron por mostrar al mundo la fauna y flora del Paraguay.
En ese contexto, una de las locaciones favoritas para fotografiar es el indomable Chaco Paraguayo, inmenso territorio, salvaje, lleno de vida.
A pesar de las condiciones a las que un fotógrafo debe enfrentarse para recorrer grandes distancias en el chaco, siempre hay sorpresas y todas diferentes, nunca una situación es igual a otra, es por eso que decimos que a pesar de estar preparados para todo, el chaco es impredecible y jamás deja de ser una aventura cargada de sorpresas.
Munidos con lo esencial y preparados para cualquier inconveniente nos adentramos hasta el corazón del chaco paraguayo, esperando encontrarnos con aves y animales salvajes que no vemos a menudo. Para ser sinceros, en este episodio de viaje estábamos ansiosos de encontrar algún puma o jaguareté.
Desde la línea sur de la ruta Bioceánica, ingresamos 167 kilómetros hacia el este de Loma Plata, hacia las estancias privadas donde recientemente se ha establecido un proyecto de conservación, REDD+ Corazón Verde del Chaco, a cargo de la empresa Quadriz, quien nos dio el permiso de ingresar a sus dominios y permanecer en su centro de visitas por 4 días en búsqueda de los tesoros vivientes de esa hermosa tierra.
Como dijimos anteriormente, durante 4 días estuvimos recorriendo la zona bajo un esquema de trabajo, antes de que salga el sol ya estábamos en ruta. Volvíamos al establecimiento al mediodía para cocinar el almuerzo, luego por la tarde salíamos nuevamente al safari fotográfico hasta la noche.
Una de nuestras primeras reacciones fue sorprendernos por los cambios hallados en el lugar, porque la última vez que visitamos esta zona del chaco, estaba repleta de movimiento como actividades de personas no autorizadas, cazadores ilegales y gente que tala los árboles. Sin embargo, un año después desde el emprendimiento REDD+ Quadriz y que este pedazo de tierra fuese convertida en reserva privada, fue cerrada, vigilada y conservada con guardabosques.
Inmediatamente pudimos notar la diferencia: la vegetación empezó a cerrar nuevamente los caminos, abundan las charatas y los tucanes en los árboles, también frecuentan los testimonios de los guardabosques quienes afirmaron ser testigos de apariciones de puma y jaguareté por la zona.
Esta realidad alentadora nos entusiasmó aún más para llevar una cámara trampa y colocarla en un punto del bosque donde se sabe que frecuentan felinos y tuvimos la suerte de hacer una hermosa captura de puma:
Otro maravilloso encuentro que nos dejó un bonito sabor, fue ver y lograr fotografiar al cuervo real o zopilote rey, quien se distingue de sus primos los cuervos (Yryvu hu) por su majestuoso tamaño y llamativo color de cresta:
Nos hemos encontrado también con otros mamíferos como pecaríes, tiririca, venados. Hemos visto aves de diferentes especies como águilas, pájaros carpinteros, monjitas, cotorras, etc.
¿Qué otras maravillas descubriremos en este lugar en los próximos años? El tiempo nos mostrará. Pero estamos absolutamente confiados y contentos de que este pedazo de chaco está siendo protegido y conservado por un emprendimiento que hacía falta. Nos encantaría ser constantes visitando esta reserva cada año y tener la suerte de encontrarnos con una fauna y flora bien conservada.
Para nosotros cada visita vale, porque en cada viaje el chaco paraguayo fue generoso con nosotros y nos regaló grandes sorpresas que pudimos traducir en fotografías.