Unite: no explotes petardos en las fiestas de Navidad y Año Nuevo

Desde varias organizaciones y la ciudadanía misma instan a la no utilización de pirotecnia durante las fiestas de fin de año, para prevenir accidentes y molestias a personas vulnerables y animales.

Los perros y gatos sufren especialmente con la explosión de petardos y bombas comúnmente utilizados en la noche de Navidad y Año Nuevo, al igual que algunos niños pequeños, y sobre todo personas con autismo, tanto niños como adultos, que sufren muchísimo con la pirotecnia.

Una de las principales características de estas personas es que padecen un desorden del procesamiento sensorial, tienen los sentidos exacerbados, y especialmente el oído, percibiendo los ruidos de manera aumentada. Son hipersensibles a los sonidos y a las luces, por lo que los espectáculos de fuegos artificiales se convierten en una auténtica tortura para ellos.

Una de las principales características de estas personas es que padecen un desorden del procesamiento sensorial, tienen los sentidos exacerbados, y especialmente el oído, percibiendo los ruidos de manera aumentada. Son hipersensibles a los sonidos y a las luces, por lo que los espectáculos de fuegos artificiales se convierten en una auténtica tortura para ellos.

Los fuertes ruidos provocados los petardos les genera un alto nivel de estrés y ansiedad, incluso pueden causarles crisis, episodios en los que se ponen muy tensos, lloran, gritan, se tapan los oídos desesperadamente y en algunos casos pueden llegar a autolesionarse o presentar convulsiones.

Por otra parte los perros son capaces de oír frecuencias imposibles de detectar para el ser humano, captando sonidos a una gran distancia y extremadamente agudos, razón por la cual odian los ruidos fuertes. Mientras que los seres humanos percibimos sonidos a 6 metros de distancia, los perros pueden escuchar aquellos que se produzcan a 25 metros o más. Su oído registra hasta 35.000 vibraciones por segundo, estando cuatro veces más evolucionado que el nuestro. 

La explosión de petardos puede producir en algunos perros y gatos taquicardia, náuseas, vómitos, paro cardíaco, temblores musculares, pánico, y huir de la casa y perderse. Se recomienda resguardarlos en una habitación para alejarlos del estruendo, no utilizar tranquilizantes y ponerles algodón como tapones en los oídos.

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