Turismo interno: Maravillas de la naturaleza en Paraguay

¿Quién dijo que el turismo interno tenía que envidiar a las maravillas de otros países? En los últimos tiempos la movida turística en Paraguay se ha ido incrementando, atrayendo la atención de extranjeros y residentes de nuestro país.

¿Pero por dónde empezar? La reserva de Mbaracayú dispone de un gran ecosistema no solo vegetal, sino también de aves. Muchos fotógrafos y amantes del aviturismo -así se denomina la actividad de observar aves- se nuclean en la reserva para ver la avifauna local que propone la reserva.

Cómo actividad turística de bajo impacto, permite aprovechar las riquezas naturales y la interacción de la población, lo que la convierte en una actividad indispensable para aprender y disfrutar de un día en familia o con amigos.

Un Chacurú grande descansa sobre una rama de árbol en el sendero «Aguara’i» de la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú, en el departamento de Canindeyú. Elton Núñez.

Muchos fotógrafos acuden también a Mbaracayú para fotografiar el bosque, lo que se ha convertido en una práctica interesante ya que a partir de la divulgación digital del patrimonio natural que propone la reserva, mucha gente se ha interesado en ser testigo de su esplendor.

Mbaracayú dispone de 64.406 hectáreas que destacan por la gran biodiversidad de animales silvestres, plantas y las comunidades que habitan dentro del lugar. La comunidad Aché reside dentro de la reserva, viviendo de manera milenaria y cuidando de sus prácticas tradicionales.

Un tucán posado en la rama de un árbol al final del sendero «Aguara’i» de la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú, en el departamento de Canindeyú. Elton Núñez.

Continuando con las maravillas de la reserva natural, podemos notar al famoso Tucán Guazu arribando el sendero Aguara’i, lugar de su preferencia y donde es observado habitualmente. Los amantes de la fotografía y observación de aves, destacan que la principal importancia a la hora de introducirse a esta actividad es alimentar la paciencia y cuidar los detalles, ya que muchas veces, puede que estén cerca de las aves sin notarlos o ahuyentarlos durante el proceso.

Los amantes de la caminata, estarán de parabienes ya que visitar la reserva implica largos minutos de andar a pie. Por ejemplo, el Salto Karapá es uno de los atractivos favoritos de los turistas ya que destaca por ser una de las zonas con más vegetación de todo el lugar. Para llegar se debe bordear la reserva en automóvil tomando la ruta Ypehú, y luego se calcula unos 40 minutos a pie hasta el corazón de la selva, por lo que se debe ir con buenos calzados deportivos y mucha agua para la actividad.

Fotografía aérea con drone del camino interno que atraviesa la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú en el departamento de Canindeyú. Tetsu Espósito.

Otro polo para disfrutar de las maravillas de nuestro país, es el Salto Ñacunday que se encuentra en la reserva nacional del departamento de Alto Paraná. Los amantes de la fotografía también encontrarán un atractivo único, ya que es un sitio recurrente para captar el movimiento del agua y la exposición del sol.

Al igual que la reserva de Mbaracayú, el parque de Ñacunday es un epicentro para disfrutar de la naturaleza y la fauna silvestre que moran en su interior. El predio de aproximadamente 2000 hectáreas, cuenta con guardaparques que orientan a los visitantes sobre prácticas medioambientales y datos, tanto históricos como científicos, sobre las características de lugar. Toma aproximadamente cinco horas llegar en automóvil, y también hay autobuses que salen de la terminal con precios accesibles.

Después de este recorrido turístico ¿dónde te gustaría ir un fin de semana o durante el próximo feriado largo?

Fotografía con técnica de larga exposición del salto Ñacunday desde el mirador de la reserva Ñacunday, en el departamento de Alto Paraná. Elton Núñez.
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