Como todos los años, quien abre con fuerza la carrera en el mercado de los smartphones es Samsung con la renovación de sus principales modelos. Aunque el evento arrancó con la presentación del Galaxy Fold, el nuevo S10 fue la verdadera joya del evento y dejó varias novedades tanto por dentro como por fuera.
Por fuera el diseño impacta. La gran pantalla AMOLED, curva y de 6,1 pulgadas, llama la atención y es un detalle elegante la forma en que se combina con el casi nulo borde. Siempre se supo que Samsung no era amiga del notch y que estaba buscando alternativas para su alta gama, lo logra con el agujero que mira con dos ojos al usuario, dos cámaras, una frontal Dual Pixel de 10 Mpx y otra de 8 Mpx. Imponente presentación frontal.
La parte trasera es dominada por las tres cámaras ubicadas en forma horizontal que transmite orden, no parecen solo acomodadas por pura tendencia o moda. Esa posición hace que el diseño sea más amigable y crea la sensación de combinar funcionalidad y estética, cosa que al empezar a ver al ver la configuración interna del teléfono.
Con una batería de 3400 mAh y carga rápida inalámbrica compartida se solucionan claramente todos los problemas que se pueden tener como usuario en este tema. La RAM de 8 GB y una de almacenamiento de 128 y ampliable a 512 GB estamos ante un teléfono con gran espacio, del que seguro no existe esa queja de falta de memoria. Todo esto apoyado en Android Pie + One UI hace de este nuevo terminal de Samsung un candidato fuerte al smartphone del año.
La combinación entre las especificaciones internas y externas hacen del Galaxy S10 un smartphone para para personas exigentes, que buscan no quedar fuera de las tendencias de diseño, que optan por lo mejor de una marca en materia de innovación y tienen la seguridad de que si lo adquieren tendrán en sus manos algo de alta calidad, alta tecnología y de alto lujo.