Los premios Emmy no se dejaron vencer por el COVID-19 y se reinventaron en el inicio de una temporada de galardones que podrían emular muchos de los ajustes obligados por la pandemia. La sobriedad fue la nota dominante en una gala en la que se cambió incluso la manera de entregar los premios.
Desinfección de sobres ante las cámaras, test de coronavirus en directo y mensajeros enfundados para entregar los premios, la pandemia fue la absoluta protagonista de unos Emmy que tiraron de ingenio para salvar su ceremonia a distancia.
El gigantesco Staples Center de Los Ángeles (EE.UU.) completamente vacío dio la bienvenida a los espectadores que no quisieron perderse un formato reinventado y que tuvieron en el carisma de Jennifer Aniston, la emoción de Zendaya y la solvencia de Jimmy Kimmel sus principales pilares.
Quizá los Óscar, los Globos de Oro o los Goya también deban adaptarse a una alfombra roja virtual donde las actrices celebren en su casa y con amigos haber recibido un galardón luciendo las mejores galas. Ese fue el caso de Zendaya, que con 24 años se convirtió en la más joven en llevarse el premio a la mejor actriz de serie dramática por su papel en Euphoria, una serie que marcó un antes y un después en la visión de la juventud.
Reese Witherspoon coprotagonista junto a Aniston en The Morning Show, decidió celebrar la gala en su jardín con una copa de champagne y un escotado vestido negro, con dos lazos sobre los hombros.
Otra de las ganadoras, Julia Garner, que se alzó con el premio a la mejor actriz de reparto de serie dramática por Ozark, la serie sobre crímenes creada por Bill Dubuque y Mark Williams, esperaba sentada en su cama y con una gorra con el nombre de la serie, para atraer a la suerte.
Era la noche para conocer a la heredera de Game of Thrones, pero, aunque los Emmy virtuales coronaron a Succession como mejor drama y a Watchmen como mejor serie limitada, la absoluta triunfadora fue Schitt’s Creek, que arrasó en todos y cada uno de los apartados de comedia.
La entrega de los premios más importantes de la televisión tuvieron el honor -y el infortunio- de marcar la pauta que seguirán los Óscar, los Globos de Oro y demás eventos de farándula si el estado de las cosas siguen como hasta ahora en los próximos meses, lo que cuadra con las previsiones más razonables. Es así pues que el arte demostró que puede adaptarse a las situaciones y continuar en pro de recuperar algo de la ‘normalidad’ perdida.