Trabajar en casa no es ahora una herramienta de conciliación sino un recurso para la supervivencia. «Esto es: o cerrar o intentarlo», como advierte Mar Sabadell profesora de Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), desde donde listan consejos psicológicos en momentos de confinamiento.
Afronta la situación positivamente, entender y aceptar el confinamiento como una actividad imprescindible para nuestra salud y la de la sociedad en general. La queja bloquea, no soluciona. Nunca cuidar de los demás y de uno mismo había sido tan importante… ¡Quédate en casa!
Establece rutinas, actúa con previsión, estableciendo un horario y diferentes hábitos. Nos aportará orden y un propósito ante la situación peculiar que vivimos. Aprovecha para hacer una lista de cosas pendientes y hacerlas o inicia nuevos retos o aficiones. Sin olvidar las rutinas de higiene, especialmente si algún miembro de la familia ha de salir a trabajar.
¡Infórmate, sí; sobreinformarte, no! hay que escoger medios de información contrastados y reservarles solo unos momentos concretos del día.
Conéctate virtualmente con los demás, tenemos limitado el espacio pero hoy en día hay muchas formas de seguir conectados con los demás. Se puede llamar por teléfono, hacer videoconferencias incluso de grupo y conectarse a través de las redes sociales. Somos seres sociales y necesitamos seguir socializándonos. Habla, sobre todo si estás confinado solo.
Sigue un estilo de vida saludable, ejercicio físico, dieta saludable y dormir lo suficiente. Evita alcohol y las drogas.
Favorece la comunicación familiar, crea y mantén la sensación de equipo: con momentos de placer y de deber, de estar juntos y separados. La convivencia continua y prolongada puede generar tensiones. Una programación conjunta ayuda a la gestión del día, pero también el ser flexibles en los límites.
Gestiona las preocupaciones, céntrate en la razón altruista y colaborativa de la cuarentena. Puede ser una situación que se alargue en el tiempo, de forma que es mejor plantear objetivos centrados en el día a día. Puedes examinar tus preocupaciones intentando ser realistas y recordar todo lo que puedes hacer para afrontar la situación. Piensa en lo que puedes hacer y no en lo que te gustaría cambiar.