El estómago sufre con los excesos de fin año, así también el organismo y el estado de ánimo. Lo importante es recuperar el orden y aquí te mostramos la manera de hacerlo.
Los días de fiesta pasan factura con el consumo de alimentos que inflaman el intestino y desequilibran nuestra microbiota como dulces, alcohol, harinas y otros. El primer consejo es buscar el equilibrio en el consumo de estos alimentos para evitar generar un daño al ecosistema intestinal.
La primera opción planteada por los especialistas es realizar ayuno, durante los primeros días de enero. En caso de tener un empacho por los excesos del 31 de por sí el cuerpo y los intestinos rechazarán la comida.
La idea es ir de a poco y hacer esto por lo menos día de por medio, durante la primera semana, comer por última vez a las 20 horas del 1 de enero y volver a hacerlo a las 12:00 del día siguiente. El desayuno, es salir del ayuno, de hecho, por ello se llama: des-ayuno entonces ese tiempo utiliza la microbiota y el intestino para descansar de moléculas de alimentos y reordenarse, es una primera práctica que se puede comenzar este enero y de hecho, hacerlo siempre.
La peor opción que podés elegir es ayunar o no comer sólidos y sólo beber líquidos, pues sólo conseguirás perder peso de manera temporal, pero junto a éste, te faltará energía y los nutrientes necesarios para recuperar la vitalidad y despedirte de la pesadez. Se sugiere comer frutas durante la mañana, eligiendo frutas de estación.
Otro consejo sería introducir la ingesta de alimentos fermentados como chucrut, kimchi, combucha, kefir o chicha, en nuestra cultura, poco conocidos aún, pero comercializados listos para el consumo. Son alimentos ricos en bacterias buenas que también ayudan a mantener el equilibrio de la microbiota. Se puede ingerir en forma intercalada cinco veces por semana, según gustos de cada uno.
No olvides optar por los lácteos desnatados, las carnes magras, las frutas, así como también, elige bebidas sin azúcar y cereales integrales que brindan fibra y más vitaminas y minerales.
Por supuesto, la forma de cocción también influye, y en estos casos, las más recomendadas son al horno, al vapor, a la parrilla o hervido.
Se puede agregar a la dieta los suplementos como el omega 3, la vitamina D, la glutamina, los prebióticos como FOS y probióticos como Lactobacillus, Saccharomyces o Bifidobacterias, que se consiguen en casas de suplementos y farmacias del país. El consumo de estos deben ser asesorados por un médico o nutricionista que los conozca.
Por último pero no menos importante, retomar la actividad física gradualmente, no someter al cuerpo a mucha intensidad de golpe, esto sólo logrará un desgaste físico abandonando al poco tiempo el impulso por ejercitarse para sentirse mejor. Lo ideal es arrancar una rutina de ejercicios de acuerdo a nuestra capacidad, ya sea caminar, trotar o andar en bicicleta; 2 o 3 veces a la semana por al menos 30 minutos y en las semanas posteriores ir aumentando el tiempo y los días.
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