El Liverpool tuvo su revancha en Europa. A pesar de no hacer el partido más brillante, los de Klopp tuvieron la madurez, la calma y el orden necesario para gestionar el encuentro y llevarlo a buen puerto en los 90 minutos del tiempo regular, en un 2 a 0 ante un Tottenham que no tuvo el fútbol y la capacidad emocional para llevar el juego al escenario dramático que en toda final es necesario cuando la inexperiencia aflora en las cabezas visibles de quién vive su primera vez en un suceso importante.
Al terminar el partido, la afición inglesa cantó el “You’ll never walk alone” más intenso del año en esta nueva celebración, que se convirtió en la sexta a nivel continental para el equipo de la ciudad que vio nacer a los Beatles.