La pandemia del coronavirus afectó el estreno de Tenet, el nuevo largometraje de Christopher Nolan. La esperada película llega a los cines de manera escalonada.
La mayoría de grandes estudios de Hollywood parecen haber dado por perdido el año 2020 y el éxito o fracaso de Tenet puede ser mucho más importante de lo que parece a simple vista. La cinta originalmente estaba programada para estrenarse en julio, pero con la mayoría de los cines cerrados debido a la pandemia, fue uno de los muchos retrasos de alto perfil.
Su sinopsis menciona lo siguiente: “En el mundo del espionaje internacional, un hombre (John David Washington, Blackkklansman) prefiere morir antes que entregar a sus compañeros. Tras conseguir superar esta difícil prueba, este hombre tendrá una importante misión: evitar una nueva amenaza mucho más peligrosa que la tercera guerra mundial. La clave será una sola palabra: TENET. La manera de ver el mundo de otra forma”.
Este thriller de acción y misterio está escrito y dirigido por el célebre Christopher Nolan, autor de películas como Interstellar (2014) e Inception (2010), entre otros grandes éxitos.
Tenet se dejó ver primero de manera internacional en 70 países entre el 26 y 27 de agosto pasado y el turno le llegó a los Estados Unidos recién el fin de semana previo a su Labor Day (Día del Trabajador-7 de septiembre).
Una inusual estrategia que corresponde a los tiempos atípicos planteados por el COVID-19 y que permitirá que pueda disfrutarse en los cines, como tanto lo venía defendiendo y pidiendo su director y guionista.
Por otro lado, la película aún está buscando una fecha posible de estreno en China. Junto con el país asiático, se quedan sin fecha de estreno anunciada todos los países de Iberoamérica, entre los que destacan los grandes mercados de Argentina, Brasil, Perú, Chile y México.
Tenet es la primera película con 200 millones de dólares de presupuesto en desembarcar en las salas tras el cierre de los cines. El reto económico para la industria cinematográfica es doble. Por un lado, la ausencia de títulos en la cartelera impide que las pocas salas de cine abiertas puedan recuperar al público pero, por otra parte, la restricción de aforo e incertidumbre podría suponer que las películas generen pérdidas a los estudios si llegan a los locales.
Para amortizar una superproducción de Hollywood, que superan los 100 millones de dólares de presupuesto e incluso los 200 millones, un estudio no necesita solo que las salas estén abiertas, sino que estén funcionando a pleno rendimiento.