(Por Elton Núñez y Tetsu Espósito de Yluux.com) Hace mucho tiempo, cuando nos dijeron que debíamos ir a presenciar la fiesta de San Pedro y San Pablo en Altos, sonaba como una fiesta patronal a la que todos estamos acostumbrados: una procesión, misas, bombas tres por tres y campanazos de iglesia. Con ese prejuicio y algo de curiosidad viajamos a Altos (Departamento de Cordillera), específicamente en la localidad (pueblo) de Itaguazu un 28 de junio por la noche.
Llegamos a las afueras del pueblo, a una pequeña iglesia, llena de gente que provenía de todas partes, se había celebrado una misa y la gente estaba dispersa comprando comidas típicas y mirando la feria de artesanía colocada en frente mismo. La sorpresa y la emoción no tardó en manifestarse en nosotros cuando empezamos a ver llegar a los Guaicurues, unos personajes tenebrosos representados por los miembros de la comunidad y descendientes de los Kamba, vestidos con hojas de banano seco y máscaras terroríficas; estaban listos para «perseguir a las doncellas y raptarlas».
La sorpresa y la emoción no tardó en manifestarse en nosotros cuando empezamos a ver llegar a los Guaicurues, unos personajes tenebrosos representados por los miembros de la comunidad y descendientes de los Kamba, vestidos con hojas de banano seco y máscaras terroríficas; estaban listos para «perseguir a las doncellas y raptarlas».
Esta y otras representaciones artísticas y tradicionales se llevan a cabo todos los años un 28 de junio, durante las fiestas patronales de San Pedro y San Pablo, sin embargo, en este año 2022 se realizó en tres fechas consecutivas, después de dos años sin hacerse por los motivos de la pandemia. Entre los espectáculos para disfrutar están: las misas de devoción hacia San Pedro y San Pablo, feria de comidas típicas y artesanías, y lo más importante el Kamba Ra’anga.
El Kamba Ra’anga es LA FIESTA dentro de la fiesta, donde los habitantes del pueblo (la mayoría afrodescendientes paraguayos) ofrecen números artísticos cómicos con el toque de peculiaridad de las raíces africanas en sus vestimentas, especialmente las máscaras. Entre fuego, risas, música folclórica y mucha acción, las cámaras de Yluux se adentraron para observar de cerca estas maravillas, con la esperanza de ser fiel y justo con la imagen que un espectador puede percibir cuando lo disfruta en vivo y en directo.
Este show es uno de nuestros favoritos y siempre vamos a estar un 28 de junio, capturando y publicando el desarrollo y la evolución de esta hermosa costumbre paraguaya. Dicho todo esto, no podemos obviar decir a todos que estén pendientes (hay muchos textos en internet sobre este tema) y vayan a ver este espectáculo el año que viene, lleven sus cámaras y documenten todo, con la asistencia y valoración de todos, estaremos ayudando a esta tradición que deseamos dure para siempre.
