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3 proyectos de la economía naranja paraguaya vinculados con la tecnología

La Economía Naranja paraguaya tiene como principal desafío el mejorar la calidad de vida de las personas, al impulsar la revitalización de los espacios públicos y proveer de mayores facilidades a toda la sociedad. El BID financiará tres proyectos paraguayos de corte tecnológico.

Para definir a la economía naranja, primero hay que entender otras definiciones, que son las de la “economía de la cultura” y “la economía creativa”. El primero consiste en “la aplicación de la economía a la producción, distribución y consumo de todos los bienes y servicios culturales” (Towse, 2003), mientras que el segundo se toma como un concepto basado en los recursos creativos que de manera potencial generan crecimiento económico y desarrollo, extendiéndose desde las artes hasta los campos de la ciencia y tecnología.

Dado que al naranja se lo suele asociar a la cultura, la creatividad y la identidad, se identifica a través de este color la relación existente entre la economía de la cultura, la creatividad, las industrias culturales convencionales, el grupo de creaciones funcionales y nuevos medios y software.

Actualmente, han sido seleccionados proyectos de economía naranja por el programa CREA-BONOS-COVID del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con el objetivo de mitigar el impacto del coronavirus. De los cuales, tres son de corte tecnológico: La historia -rock en Paraguay- Transmedia, de Luis Bogado; Pombero – El señor de la noche, de Domingo Fabián Alonso y Plataforma digital ‘En el horno con Peta’, de Pedro Leandro Rûger. Los mencionados ya se encuentran en fase de desarrollo.

En este marco, la iniciativa del BID espera generar un efecto derrame a través de sus acciones y beneficiar a 15.000 personas vinculadas a las industrias creativas a través de un ecosistema fortalecido.

El desarrollo de la Economía Naranja en nuestro país generaría un gran potencial combinándolas con la tecnología. Las mismas generarían mayor valor agregado, atraería a creativos, emprendedores, empresarios relacionados a los sectores propiamente de la economía creativa, ni que decir a los turistas.

Así también, esto implicaría una revalorización de sitios históricos, edificios, monumentos y sobre todo a revitalizar barrios emblemáticos. Ya que los bienes y servicios culturales son considerados como bienes de experiencia.

Los proyectos de economía naranja nacen con el espíritu de que la ciudad genere mayor valor en las industrias creativas y las haga más competitivas. La innovación y la tecnología son claves para innovar en las ciudades del futuro.