Enero es el mes perfecto para retomar los hábitos que dejamos de lado el año anterior. Quizás te excediste un poco con las comidas y celebraciones de las fiestas, o simplemente sentís que es el momento de volver al gimnasio o a ese deporte que practicabas. Sea cual sea tu motivación, lo importante es empezar con calma y cuidar de tu cuerpo y mente. Aquí te dejamos algunos consejos y una rutina básica.
Lo primero es no ser demasiado duro contigo mismo. Si disfrutaste las fiestas y te saliste de tu rutina, no te sientas mal. La vida también se trata de disfrutar los buenos momentos. Lo importante ahora es enfocarte en volver, paso a paso, sin presiones.
Cuando nos planteamos metas relacionadas con la salud o la actividad física, es fácil caer en el error de querer hacer todo de golpe. Entrenar siete días a la semana y cambiar radicalmente la alimentación puede ser abrumador.. Si podés ir al gimnasio un día, está perfecto. Si sentís que podés ir dos o tres, también es excelente. Lo mismo aplica a la alimentación: hacé cambios pequeños y sostenibles para incorporar comidas nutritivas para tu cuerpo.
Recordá que cualquier tipo de movimiento es beneficioso. Una caminata de 20 minutos al día puede ser suficiente para aclimatar a tu cuerpo y empezar a generar el hábito nuevamente. Lo importante es mantenerte activo/a de alguna manera.
El descanso es tan importante como el ejercicio. Tu cuerpo necesita tiempo para recuperarse y adaptarse a la nueva rutina. Dormí lo suficiente y escuchá a tu cuerpo: si te sentís agotado, permitite un día de pausa.
Te proponemos una rutina para tu primera semana, la cual podés ajustar según tus preferencias y necesidades:
Recordá realizar entre 8 y 12 repeticiones en orden ascendente o descendente, con descansos de uno o dos minutos entre series, aumentando el peso progresivamente. ¡La clave está en la constancia y la calidad de cada ejercicio!
Volver al gimnasio después de un tiempo puede parecer un desafío, pero con un enfoque gradual y positivo, es completamente alcanzable. Lo importante es disfrutar del proceso y reconocer cada pequeño avance. ¿Estás listo para volver a moverte?