La idea de un meteorito impactando la Tierra ha sido el argumento de muchas películas de ciencia ficción, pero cada vez que un asteroide es detectado cerca de nuestro planeta, la preocupación se vuelve real. Recientemente, el asteroide 2024 YR4 captó la atención de la comunidad científica debido a su posible impacto en 2032. Sin embargo, ¿realmente hay motivos para alarmarse? Aquí te contamos lo que dicen los expertos sobre este caso.
La alerta inicial
El 2024 YR4 fue detectado a finales de 2024, y en un principio, los cálculos iniciales arrojaban una probabilidad del 3,1% de impacto con la Tierra para el año 2032. Ante este escenario, la ONU llegó a activar el Protocolo de Seguridad Planetaria el 4 de febrero de 2025, un procedimiento que coordina medidas entre diferentes agencias espaciales y gobiernos en caso de amenazas astronómicas.
Sin embargo, a medida que se recopilaron más datos y se refinó la trayectoria del asteroide, los cálculos fueron ajustándose. Según las últimas actualizaciones de la NASA y la Agencia Espacial Europea, la probabilidad de impacto con nuestro planeta se ha reducido a un ínfimo 0,0017%, lo que significa que, en términos prácticos, no representa una amenaza real.
¿Qué pasará con el asteroide?
Aunque se ha descartado el impacto con la Tierra, los científicos han señalado que el 2024 YR4 aún tiene una ligera posibilidad de colisionar con la Luna. La probabilidad de que esto ocurra es de un 0,8%, lo que sigue siendo baja, pero suficiente para que los astrónomos continúen con un monitoreo constante de su trayectoria.
El asteroide tiene un tamaño estimado entre 40 y 90 metros de diámetro, lo que lo convierte en un objeto significativo, pero no lo suficientemente grande como para causar una catástrofe global. En caso de que llegara a impactar en la Tierra, su daño estaría limitado a una región específica, similar a lo que ocurrió con el meteorito de Chelyabinsk en 2013.
¿Qué podemos aprender de este caso?
Este episodio es un recordatorio de la importancia de la vigilancia espacial. Los astrónomos y agencias como la NASA y la ESA monitorean constantemente miles de objetos cercanos a la Tierra (NEOs, por sus siglas en inglés), evaluando cualquier posible amenaza con anticipación.
Además, refuerza la necesidad de seguir desarrollando tecnologías de defensa planetaria. Experimentos como la misión DART de la NASA, que logró desviar la órbita de un asteroide en 2022, demuestran que la humanidad está cada vez más preparada para enfrentar este tipo de escenarios en el futuro.
¿Debemos preocuparnos?
La ciencia ha hablado: el 2024 YR4 no impactará la Tierra. Si bien su paso será monitoreado de cerca, podemos estar tranquilos de que no representa un peligro real. La exploración del espacio sigue siendo un desafío lleno de incógnitas, pero también una oportunidad para mejorar nuestras capacidades y entender mejor el universo que nos rodea.