La palabra spam tiene su origen en la década de los años 50 y se anexa en la actualidad como referencia a contenido virtual no deseado. Te contamos los entretelones de cómo fue calando en nuestro imaginario cotidiano y como protegerse.
Originalmente la palabra “spam” surge como una abreviatura de “spiced ham” (jamón con especias en inglés), y fue la marca utilizada por la empresa estadounidense Homel Foods en el año 1957 la que lo popularizó con sus enlatados de carne.
En relación a cuando fue conectando con el mundo virtual, se podría rastrear que fue en 1978 cuando por primera se reutiliza la palabra para conectarlo con el tema de los correos electrónicos no deseados.
Gary Thuerk, coincidentemente apodado el “padre del spam”, supo sacar provecho de Arpanet, una de las primeras redes que daría lugar a internet. Básicamente, Thuerk envió un mensaje publicitario a 400 buzones electrónicos con un solo golpe de tecla.
Claramente esta movida fue algo novedosa para la época y los usuarios no tenían noción de lo que estaba pasando. Se estima que 2.600 usuarios utilizaban la red de Arpanet, lo que significa que este correo inesperado llegó a un 15% de todos los usuarios de la línea del mundo.
Para el año 1988, comenzaron las primeras cadenas de emails y el uso de mensajes basura entre los jugadores online. En 1994 un estudiante se coló en todos los grupos de Usenet y envió un mensaje titulado: “Global Alert for All: Jesus is Coming Soon” (alerta global para todos: Jesús viene pronto).
Un tiempo después un bug en el software de la misma red había causado sin querer la publicación en masa de 200 mensajes.
A partir de ahí, el spam ha ido evolucionando y, aunque actualmente existen filtros y leyes que han conseguido reducir su impacto, sigue siendo una constante para miles de usuarios alrededor del mundo.
Hay que tener en cuenta que el spam ya no es solo correo no deseado, sino también publicidad molesta, bots en redes sociales, estafas y todo tipo de contenidos molestos o perjudiciales en Internet.
Existen muchas formas de que hoy llegué contenido no deseado a nuestros dispositivos. Hacemos un repaso de algunas formas de protección para hacer frente al spam.
Como mencionamos más arriba, la forma más común de recibir spam es a través de la bandeja de entrada de nuestros mails. Terminan inundando nuestro correo y distraen de los que deberían tener especial atención
Una buena opción para protegerse es que ya permiten filtrar contenido, bloquear e informan sobre mensajes de spam. El usuario simplemente debe habilitar esta opción de acuerdo a la configuración de su correo.
El advenimiento de las redes sociales ha disparado que los “spammers” aprovechen la atención que generan las plataformas de social media para difundir contenido spam a través de bots y otras cuentas.
Actualmente, las plataformas también cuentan dentro de su configuración con activaciones para atacar el spam, filtrar y evitar que lleguen a nuestro inbox o que nos salten distintas publicidades, solo basta con habilitar esta opción en el apartado de control de privacidad.
Otra forma muy común de los “spammers” es enviar mensajes de texto (SMS), o incluso llamadas de teléfonos para captar su atención. Los mensajes pueden ser también en forma de mensajes instantáneos a través de aplicaciones de mensajería popular como WhatsApp.
La mejor opción es bloquear los mensajes que lleguen, no responder y evitar el acceso a enlaces.