Comenzaba la década de 1980 y, en medio de la dictadura infernal, se prendía la incipiente mecha del rock paraguayo. Recordamos a Pro-Rock Ensamble como el que consigue editar un LP simple de dos canciones (“Ego Kid y Joe el Justiciero” y “En los campos del amor”), algo que los amantes de la música y el rock, escaso en esa época, pensaban como imposible.
Más tarde, un 23 de noviembre de 1983 Pro-Rock Ensamble publica el legendario LP “Música para los perros”, el primer disco de rock paraguayo, el disco que se pusieron a escuchar tus viejos en su habitación y con sus amigos, y los músicos que vinieron después. Era, lo que el día de hoy recordamos como el inicio de la historia del rock hecho en Paraguay. Aunque al poco tiempo la banda se separó, no se pudo evitar que con esto se inicie un lento cambio de mentalidad con respecto al rock, lo que se veía lejano e imposible, de repente cobró el color ardiente de “podemos hacerlo!”. Surgieron demos y cassettes para la difusión en radios, pero sobre todo, música para que los perros puedan escuchar.
Más tarde, el 17 de enero de 1988 se realizaba el festival de rock más importante hasta entonces en Paraguay con la presentación de grupos internacionales que sonaban fuerte por entonces en nuestro medio y, entre los grupos nacionales se habían presentado Onda Corta, Los Hobbies, RH+, entre otros. Se vivían los últimos pataleos de la dictadura y el evento quedó marcado en la historia del rock en Paraguay como un hito que marcó una de las primeras expresiones de libertad sin represión de la juventud de entonces.
Con la democracia se abrió la libertad de expresión y los extraños de pelo largo ya no fueron perseguidos. Más tarde Deliverans lanzó Rompiendo El Cristal en cassette con una grabación que luego se borró. Surgieron Rawhide, El Templo, Corrosion, Turkish Blend, y más grupos que encontraron en Kamikaze Records una plataforma donde registrar sus canciones. En esta fase recordamos principalmente a Gaudí como el 001 del catálogo del sello.
En medio de todo este auge musical, en 1996 fue relanzado “Música para los perros” en formato CD. Algo tan autóctono y nuestro como la música para los perros no puede quedar atrás cuando marcó un principio. Fue lanzado con todas las canciones remasterizadas junto a un bonus track de una grabación en inédita vivo.
Con todo este piso cimentado llegaron más tarde las bandas que pisan fuerte hoy: Paiko, Flou, Villagrán Bolaños, que no solamente llevaron el rock nacional a todo el Paraguay, sino que también lo hicieron sonar en Europa, Estados Unidos y, por supuesto, en toda Latinoamérica.
Por eso el 23 de noviembre debemos celebrar a aquellos que demostraron que se puede, cuando aún estaba prohibido.
Jorge Sosa, vocalista de Rh Positivo, recuerda a Pro-Rock Ensamble…
Mario Ferreiro, también recuerda a la banda que tuvo en su alienación al legendario Roberto Thompson…
Si no conocés a Pro-Rock Ensamble, si sos como yo que viniste después, olvídate de internet y las redes sociales, dale play y sumergíte a una época donde, se dice que se dormía con las ventanas abiertas (pero tenías que mantener la mente cerrada)…