La película paraguaya “Las Herederas” continúa cosechando premios a lo largo y ancho del globo. Esta vez, el reconocimiento vino por parte de la Real Academia Española (RAE).
El guión de «Las Herederas», escrito por su director Marcelo Martinessi, fue galardonado con el Premio Borau-RAE 2020 que, en su cuarta edición, ha sido concedido por el pleno de la Real Academia Española (RAE).
El jurado destacó que el guión de «Las Herederas» observa «un tema eterno desde una óptica nueva. Lo hace construyendo personajes poderosos y por medio de una palabra que invita al espectador a imaginar lo no dicho», según informó la RAE.
El galardón Borau-RAE, dotado con 20.000 euros (23.600 dólares o 166.878 millones de guaraníes al cambio), nació en 2012 gracias al legado que José Luis Borau dejó a la Academia con ese propósito y hasta ahora ha reconocido a los guiones de las películas «El artista y la modelo», de Fernando Trueba y Jean-Claude Carrière; «Truman», de Cesc Gay y Tomás Aragay, y «Tarde para la ira», de Raúl Arévalo y David Pulido.
La comisión que otorga esta distinción está presidida por el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, e integrado por Manuel Gutiérrez Aragón, miembro de la RAE y de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (RABASF); Josefina Molina Reig, miembro de la RABASF; Alicia Luna, de la Academia de Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, y los académicos de la RAE Juan Mayorga y la también secretaria de la institución Aurora Egido.
Según reveló la RAE, quedó desierta la concesión del Premio Real Academia Española correspondiente a 2020.
“Las Herederas” es la primera película paraguaya en ganar dos Osos de Plata en la Berlinale y el premio de la crítica internacional, lo que supone una auténtica hazaña para cualquier país y más para uno con una industria del cine en plena gestación y con las dificultades propias del contexto.
La historia transcurre en el universo de apariencias e hipocresía de señoras bien que tienen como principal ocupación jugar a las cartas y chusmear. Con una narración sutil, construida en torno a miradas, conversaciones fragmentadas y pequeños detalles, Martinessi cuenta los vaivenes de Chela (Ana Brun, premiada como mejor actriz en la Berlinale), quien tiene un pie afuera de ese mundo. Porque no tiene marido, sino mujer; y porque el dinero que heredó se está terminando y debe desprenderse de objetos de valor para mantenerse a flote. Pero el derrumbe no es sólo económico: las resquebrajaduras son más profundas.
Martinessi también explora los pliegues del deseo a una edad en que las convenciones suponen que deben quedar en la baulera.