Cuando se trata de alimentación saludable, la cantidad de información (y desinformación) que circula redes es abrumadora. Entre dietas de moda, consejos contradictorios y tendencias virales, es fácil caer en mitos que pueden alejarnos de una alimentación equilibrada. Aquí desmentimos algunas creencias populares y te contamos qué hay de cierto en ellas.
Uno de los mitos más extendidos es que los carbohidratos son los culpables del aumento de peso. En realidad, lo que hace que subamos de peso es consumir más calorías de las que gastamos, sin importar si provienen de carbohidratos, grasas o proteínas. Los carbohidratos son una fuente clave de energía y pueden ser parte de una alimentación saludable si se eligen opciones integrales y se consumen con moderación.
No hay una “hora mágica” en la que los alimentos se conviertan en grasa. Lo que realmente importa es el total de calorías y nutrientes que consumes a lo largo del día. Si comes de manera equilibrada y no excedes tus necesidades energéticas, cenar después de las 18:00 no te hará ganar peso automáticamente.
Muchos productos etiquetados como “light” o “sin azúcar” contienen edulcorantes artificiales o ingredientes que pueden no ser tan beneficiosos. Además, algunas personas tienden a consumir más cantidad de estos productos creyendo que son saludables, lo que puede llevar a un consumo excesivo de calorías o aditivos. Lo mejor es leer las etiquetas y priorizar alimentos naturales.
Durante años se ha demonizado la grasa, pero la verdad es que es esencial para el cuerpo. Lo importante es elegir grasas saludables, como las que se encuentran en el aceite de oliva, los frutos secos y el aguacate, mientras se evitan las grasas trans y saturadas en exceso.
Los jugos detox han ganado popularidad como una forma de “limpiar” el organismo, pero en realidad, los riñones y el hígado son los encargados de eliminar toxinas de manera natural. Además, muchas de estas dietas extremas pueden generar déficit de nutrientes y afectar el metabolismo.
Caer en mitos alimentarios puede alejarnos de hábitos saludables y equilibrados. La clave está en basar nuestra alimentación en información confiable, optar por alimentos naturales y variados, y recordar que no hay alimentos “buenos” o “malos”, sino patrones de alimentación equilibrados.
Si quieres mejorar tu alimentación, lo mejor es consultar a un profesional en nutrición y evitar las modas pasajeras. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!