Sin duda alguna esta película de Marvel bajo el sello Fox fue una de las grandes sorpresas del año. Una comedia de acción fácil, pero bien entretenida, consciente de lo que quería ser, algo bien diferente a lo que se vio hasta ahora en el cine de superhéroes. No es nada profunda, pero es bien descabellada, con un Ryan Reynolds finalmente cumpliendo uno de los proyectos que más lo tenía apasionado en los últimos años, entregando dosis médicamente sugeridas de sarcasmo mezclando buenas escenas de acción y un humor ácido algo atípico para el género.
Y esta es una olvidada, pero que no merece el ninguneo cinéfilo, especialmente porque es un guion original que tomo algunos elementos más que conocidos de otras historias de superhéroes y creó una historia fresca, sencilla, no muy coherente ni sólida, pero bien pasable. Juntando a Chris Evans y Dakota Fanning como nunca más los veremos en una película, este thriller de ciencia ficción es como un hermano menor adoptado en la larga familia del género de superhéroes, pero así como esos hermanos pequeños, tiene su encanto innegable que tiene su valor si uno le dedica tiempo.
Hablando de Ryan Reynolds, un actor versátil que sigue evolucionando y hace unos años pocos le daban crédito. Uno de los roles que lo puso más en el centro de atención fue el de un padre contándole a su hija la historia de su vida, cómo se enamoró, y cómo conoció a la mujer de su vida, que puede o no ser la misma que resultó ser la madre de su hija. Este relato tierno, conmovedor, y simpático se ganó el cariño de un público que buscaba un rostro nuevo, y encontró en Reynolds algo fresco y atractivo, que luego demostraría ser talentoso.
Volvemos a la ciencia ficción, pero esta vez en forma de aventura espacial, y una de las mejores de la década pasada, con la firma del visionario Joss Whedon, que luego fue a dirigir las dos películas de los Vengadores para Marvel. Esta propuesta culminaba de una forma tremenda la serie Firefly, que fue injustamente cancelada por Fox, ya que era una de las más novedosas y sabrosas de la televisión, mezclando misterio, suspenso, drama familiar, y buenas dosis de terror espacial. La película le dio un cierre necesario a los personajes, pero contando una historia autoconclusiva funcionando así para cualquier público que no haya seguido la serie.
La colaboración entre el director Edgar Wright, y los comediantes Simon Pegg y Nick Frost pasará a la historia como una de las mejores del cine británico con la denominada Trilogía Cornetto, compuesta por Shaun of the Dead, The World’s End, y esta película que hoy recomiendo, la segunda del grupo. Sigue a un policía especialista que es transferido a un pequeño pueblo remoto y asignado a un nuevo compañero, que no tiene mucha gracia. Sin embargo, ambos descubren una conspiración, y se arman de buena manera para tratar de llegar al fondo, al mejor estilo del humor inglés de Wright, que hasta ahora no decepciona.
Disclaimer: Este post ha sido pubicado originalmente en el blog Cinéfiloz