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La primera rocola musical empieza a sonar en el año 1889

Exactamente hace 134 años comenzaba a funcionar la primera rocola, conocida también como sinfonola o gramola. Te contamos el contexto histórico de este hecho que revolucionó la historia de la cultura popular.

Fue exactamente en el Palais Royale Saloon de San Francisco un día 23 de noviembre cuando se instaló la primera máquina jukebox, que en los países de habla hispana se conocieron con los nombres de sinfonola, gramola o como más tradicionalmente se conoce en Latinoamérica, rocola.

La primera rocola permitió automatizar, aunque de manera parcial, la reproducción de discos de vinilo a demanda, para lo cual la persona debía simplemente introducir monedas o billetes y seleccionar las canciones que deseaba escuchar.

Según textos históricos, el nombre de la máquina deriva de “Rock-Ola Manufacturing Corporation”, compañía fundada por David Cullen Rockola, que también se hizo conocido por comercializar tragamonedas, básculas, máquinas de pinball, parquímetros, muebles y armas de fuego.

Hacia mediados del siglo XX, la máquina se extendió tan popularmente a través de los salones de Estados Unidos, que las tres cuartas partes de los singles editados durante este periodo se vendían exclusivamente para satisfacer la demanda de las rocolas.

Music on demand

La aparición de la rocola fue la antesala de lo que hoy conocemos mundialmente como “Music on demand”, considerando que accediendo unos billetes o monedas podías subscribir a escuchar tu canción favorita sin interrupciones.

Esto fue una verdadera revolución, que, dando unos centavos, habilitó el nacimiento del “jukebox”.

Haciendo retrospectiva contextual a la época, la música automatizada solo existía en las pianolas, que siempre reproducían las mismas piezas de vals. Fueron varios los inventores que, a finales de la década de los 80 del siglo XIX, desarrollaron distintas opciones para escuchar música. Entre ellos, nada más y nada menos que Thomas Alba Edison, con su característico chisporroteo al reproducir las melodías, fue un gran acontecimiento tecnológico.

Louis T. Glass, tuvo la ocurrencia de meter el fonógrafo en una especie de caja y conectarla a diez auriculares. Así, varias personas podrían escuchar la música al mismo tiempo.

Claramente, vieron el factor comercial ya que el usuario debía pagar la experiencia que en ese entonces costaba cinco centavos, lo que al día de hoy sería un dólar por canción.

Cómo en Norteamérica la moneda de cinco centavos se llamaba “nickel”, el inventó pasó a conocerse como “nickel-in-the-slot- phonograph” (fonógrafo de de los cinco centavos en la ranura). Posteriormente, se impuso la denominación de jukebox, que en castellano se conocería como rockola o fonola.

Aparentemente la palabra proviene del slang negro y significa “infame”, porque el aparato no siempre estaba en los locales de mejor reputación.

Fue así que, a mediados del siglo XX, las jukeboxes eran tan populares en Estados Unidos, tres cuartos de los singles se vendían para estos aparatos, y solo un cuarto acababa en los tocadiscos de los hogares. La mayoría era de música clásica o jazz, el rock llegó más tarde para popularizarse con el ascenso del género en la cultura pop.