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Durante años, la Selección Paraguaya fue reconocida por su entrega, pero pocas veces fue considerada una amenaza real para los gigantes de Sudamérica. Eso ha cambiado. Hoy, la Albirroja no solo compite: incomoda, sorprende y ha recuperado un prestigio que parecía dormido. Con Gustavo Alfaro al mando, el equipo ha encontrado identidad, resultados y, sobre todo, respeto.
Albirroja: El despertar de un equipo que ya no se resigna
Desde su llegada a la selección, Alfaro le dio a Paraguay algo más que un sistema de juego. Le dio confianza. El equipo acumuló una racha de nueve partidos invicto, con triunfos resonantes, como el 2‑0 frente a Uruguay en Asunción, donde Matías Galarza y Julio Enciso marcaron los tantos de una victoria que dejó huella. También se obtuvieron empates importantes frente a selecciones como Ecuador y, lo más destacado, una victoria sobre Argentina, lo que elevó el ánimo de jugadores e hinchas por igual.
Aunque en su último encuentro cayó 1‑0 ante Brasil en São Paulo, el equipo mostró actitud, presión constante y una defensa sólida que complicó a los locales durante buena parte del partido. Lejos de verlo como un retroceso, Alfaro lo asumió como parte del crecimiento. “La derrota te deja enseñanzas. Entiendo que perder es parte del juego y del aprendizaje”, declaró tras el partido.
La mirada de Alfaro: equilibrio entre emoción y estrategia
Gustavo Alfaro ha sabido combinar dos cosas fundamentales para una selección como Paraguay: disciplina táctica y motivación emocional. En cada rueda de prensa transmite un mensaje claro, sin rodeos. Al término del triunfo contra Uruguay, no ocultó su orgullo por el grupo: “Hay que rendirle tributo a estos muchachos en cada paso que dan. El límite es el cielo. Ganarle a Argentina, Brasil y Uruguay… ¿cuántos equipos pueden decir eso? Estos chicos lo hicieron. Me emocionó”.
Lejos de prometer imposibles, Alfaro se enfoca en el trabajo diario. Reconoce que recibió “una selección herida”, pero también una con enorme potencial. En la previa del duelo con Brasil dejó en claro que su idea era incomodar al rival desde el primer minuto, presionando alto y con intensidad. Esa mentalidad se está traduciendo en una selección que no baja los brazos y que juega de igual a igual, sin importar el escudo que tenga en frente.
Paraguay 2025: una mezcla de garra y cabeza
El sello histórico de la Albirroja —la famosa garra guaraní— sigue más vivo que nunca. Pero lo que ha cambiado es la forma en la que esa garra se combina con una visión más ordenada del juego. El equipo de Alfaro se planta bien, juega con líneas compactas y apuesta por la recuperación rápida para lanzar ataques veloces. Figuras como Julio Enciso y Gustavo Gómez son clave en esta transición entre la tradición y el fútbol moderno.
El equipo ya no se limita a resistir. Busca, propone y, sobre todo, cree. La identidad que antes parecía dispersa hoy tiene forma, gracias a una base joven con hambre de gloria y un cuerpo técnico que no improvisa, que estudia cada detalle y prepara cada partido como si fuera una final.
Lo que viene: seguir creciendo sin mirar atrás
Paraguay ya demostró que está para más. Quedan fechas importantes por delante en las Eliminatorias y el equipo se mantiene bien posicionado. Aunque la derrota frente a Brasil cortó la racha invicta, el mensaje de Alfaro fue claro: esto recién empieza. “Nos quedan dos chances más para clasificar”, dijo en conferencia, en referencia a los próximos desafíos, dejando en claro que el grupo tiene con qué pelear hasta el final.
Hoy, nadie quiere cruzarse con Paraguay sin estar bien preparado. Ya no es esa selección que se daba por vencida en los papeles previos. Ahora, cada partido es una batalla táctica y emocional donde la Albirroja sale a ganar, no solo a resistir.
Paraguay volvió a creer, y eso lo hace peligroso
Lo que Paraguay ha construido en tan poco tiempo no es solo una buena racha. Es una mentalidad. Es un equipo que ha recuperado su autoestima, que se planta con personalidad y que está convencido de que puede estar entre los mejores. Si mantiene este rumbo, con convicción y continuidad, la Albirroja puede soñar en grande.
Y si sos de los que siguen el fútbol con pasión, no pierdas de vista al equipo. Porque cuando Paraguay juega como lo está haciendo ahora, más de uno empieza a mirar el calendario con preocupación, habrá que esperar el último combo de partidos de manera positiva. Podés vivir las eliminatorias por el canal GEN disponible con Flow.

