Luego de meses de incertidumbre por los hipotéticos daños que pudiera causar, el laboratorio espacial chino Tiangong-1 entró el dia de ayer en la atmósfera terrestre y se desintegró casi por completo a las 8.15 hora de Pekín (0.15 GMT) cuando sobrevolaba el centro de Pacífico Sus.
«La imaginación científica que (Tiangong-1) generó entre los chinos es incalculable», destacó hoy el periodista experto en temas espaciales Bai Ruxue, citado por la agencia oficial Xinhua. Con 8,5 toneladas de peso y 10,4 metros de longitud, el Tiangong-1 estaba compuesto de dos estructuras cilíndricas de 3,3 metros de diámetro en su parte más amplia, acompañadas de dos paneles solares de tres por siete metros de superficie, todo ello puesto en órbita por cohetes propulsores Larga Marcha-2FT1.
China lanzó al espacio en septiembre de 2016 otro laboratorio orbital, el Tiangong-2, que también ha sido visitado por astronautas del país, y tiene previsto proseguir esta carrera espacial con la puesta en órbita en la próxima década de su primera estación en el cosmos, aún no bautizada y que espera construir entre 2019 y 2022.