El camino del cazador-recolector, una experiencia paleolítica a menos de 2 horas de Asunción

(Por Elton Núñez de Yluux.com) Visitar el Centro Experimental de Recursos Medicinales en Itacurubí de la Cordillera, Paraguay, fue una experiencia transformadora que me permitió adentrarme en un mundo de sabiduría ancestral y conexión con la naturaleza. Este centro, dirigido por dos apasionados defensores de la vida natural, Urbano Palacios y Cristina Martinez, es un faro de conocimiento en medio de un mundo cada vez más desconectado de la tierra y sus dones.

Urbano Palacios, filósofo, antropólogo y cineasta, es un verdadero polifacético. Con una sólida formación en filosofía y antropología, ha participado en la producción de la película «Birdwatchers» y ha obtenido especializaciones en la Universidad de La Habana y en Trento, Italia, dentro del campo de las ciencias humanas. Cristina Martinez, por su parte, es una destacada nutricionista, profesora de fitness, maestra de yoga, chef y propietaria de un restaurante que sirve alimentos 100% naturales y orgánicos. Juntos, han convertido el CERM en un lugar de interés tanto cultural como turístico, donde la filosofía y el conocimiento del mundo natural se entrelazan de manera asombrosa.

Una de las experiencias más memorables que viví en el CERM fue una jornada de caminata por el bosque junto con otros visitantes, al estilo cazador-recolector. Durante esta caminata, aprendimos a identificar y reconocer las plantas y árboles que nos brindan alimento y medicina. Este conocimiento, transmitido por nuestros antepasados guaraníes durante más de 500 años, es un tesoro que Urbano y Cristina se esfuerzan por preservar y compartir. Nos alentaron a caminar descalzos para establecer una conexión más profunda entre el ser humano y la tierra, una experiencia que, debo admitir, fue reveladora.

A medida que avanzábamos por el bosque, Urbano y Cristina se detenían para compartir sus conocimientos sobre las propiedades medicinales y alimenticias de cada planta y árbol que encontrábamos. Fue como sumergirse en un antiguo manual de supervivencia, donde cada giro del sendero revelaba nuevos tesoros naturales. Este viaje me hizo apreciar la inmensa biodiversidad de Paraguay y la riqueza de su reino vegetal, que ofrece una abundancia de recursos beneficiosos para nuestra alimentación y salud. Nos recordó que es nuestro deber aprender a utilizar estos dones naturales para mejorar nuestra calidad de vida.

Nuestra caminata nos llevó hasta el arroyo Yhaguy, donde disfrutamos de un merecido descanso. Allí, continuamos identificando y explorando diversas variedades de plantas. En el camino de regreso al centro, recolectamos plantas silvestres que formarían parte de nuestro almuerzo. Algunos ingredientes los obtuvimos de la variada huerta del CERM, donde crecen alimentos y medicinas naturales como orégano, boldo, jaguarete ka’a, cedrón, lechugas, tomates, mamon, mandioca y muchos más.

De regreso en el centro, nos dirigimos a la cocina para procesar los alimentos recolectados. Fue entonces cuando Urbano y Cristina compartieron su profundo conocimiento sobre la relación entre gastronomía y salud. Nos enseñaron cómo combinar ambos aspectos para mejorar nuestro estilo de vida utilizando los regalos que la naturaleza nos ofrece. Fue un momento de revelación para mí, ya que comprendí que todo lo que necesitamos está a nuestro alcance, si solo estamos dispuestos a aprender y apreciarlo.

El punto culminante de nuestra visita fue el almuerzo vegetariano que disfrutamos. Este delicioso banquete sirvió como prueba tangible de que podemos obtener todo lo que necesitamos de forma local y producirlo de manera natural en nuestras huertas. Me fui del Centro Experimental de Recursos Medicinales lleno de gratitud por haber vivido esta experiencia única y con un deseo inquebrantable de regresar y compartir esta joya de sabiduría natural con amigos y lectores. Si estás buscando sumergirte en un mundo natural, genuino, saludable y sabio, te invito a seguir las redes sociales de este lugar y a participar en las enriquecedoras actividades que ofrecen. El CERM es un faro de conocimiento que ilumina el camino hacia una vida más conectada con la tierra y sus dones.

El CERM es un faro de conocimiento que ilumina el camino hacia una vida más conectada con la tierra y sus dones.

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