Cambios sutiles en una interfaz conocida y de diseño elegante. Así vemos al Galaxy Watch Active 2, el reloj inteligente más genérico y adaptado al público más activo.
A primera vista el diseño es calcado (las curvaturas como los materiales son los mismos) al del primer Galaxy Watch Active, aunque bien es cierto que al tener esta vez la edición en dorado y correa rosa le da un aire completamente distinto e incluso casi menos «sport».
Una de las principales novedades es el bisel interactivo, integrado en forma de marco en la circunferencia de la esfera. Es, quizás, la principal evolución, permitiendo que haya una opción alternativa de interacción al swipe para navegar entre las opciones tanto en horizontal, como en vertical, como en circular.
Hablando de la sensación del reloj en la muñeca hay que comentar que es algo más pesado que las pulseras cuantificadoras más compactas como la Fitbit Charge 3 o la Mi Band 3, pero algo menos que el Apple Watch Series 5 o el Huawei Watch GT 2 (de 42 milímetros y sin la correa), por lo que es fácil acostumbrarse a llevarlo y nada de que canse o moleste.
No llega a ser fino, aunque tampoco resulta «alto» en exceso sobre la muñeca y el volumen probablemente se acabe agradeciendo por la autonomía que puede dar.
Lo mejor es que la pantalla se ve muy bien, tanto en luz baja como cuando más luz hay, y también responde muy bien a la activación automática al levantar la muñeca, sin exigir un movimiento exagerado.
Buena construcción, resistencia al agua, buena visualización en cuanto a resolución y ángulos de visión y bien a nivel de sensibilidad táctil.
La información se muestra de manera clara hablando de las estadísticas de ejercicios, rendimiento diario, sueño o frecuencia cardiaca. Lo mejor en este aspecto es descargar la aplicación Galaxy Health junto a Galaxy Wear (necesaria para hacer funcionar el reloj desde un principio) para tener todos los detalles y maximizar el control de nuestro ejercicio, pero en la misma pantalla del reloj podremos ver gráficos diarios y semanales de lo que decidamos medir.
La vinculación y conexión del reloj se producen de la misma manera que vimos en los anteriores Galaxy Watch. No hay diferencia entre los procedimientos de iOS y Android previos.
La autonomía tampoco experimenta cambios. De un día y medio a dos o incluso un poco más en función de lo que lo usemos, pero con un registro activo de actividad (una hora), algunos otros pasivos puntuales (caminatas cortas) y sin abusar mucho de mediciones activas de pulsaciones.
Este Galaxy Watch Active 2 busca mejorar aún más la propuesta de su antecesor.