En Semana Santa no podemos dejar pasar la tradicional preparación de la chipa. Conozcamos un poco más de este auténtico símbolo del sentir nacional. Se trata de uno de los alimentos más básicos, tradicionales y consumidos por los paraguayos.
La chipa identifica a la nación guaraní en sus diferentes presentaciones pero no existe consenso entre los estudiosos de la cultura paraguaya sobre el origen de la chipa.
Antes de la llegada de los conquistadores al continente americano, en la zona donde hoy está la República de Paraguay, en el noreste argentino y en el sur del Brasil, habitaban los guaraníes.
Esta civilización indígena, que entre sus alimentos solía elaborar una gran cantidad de preparaciones con mandioca y maíz, hizo gala de productos abundantes dentro de su zona de influencia.
Con variedad y recetas, como muchas otras comidas guaraníes, es probable que la chipa haya evolucionado con la llegada de las misiones jesuitas, que trajeron a América uno de sus ingredientes principales: el queso. Éste, unido al maíz -base de la dieta paraguaya desde hace generaciones- dio lugar al comestible.
La preparación más habitual de la chipa es con una mezcla del almidón de mandioca con huevos batidos, leche y queso, con un poco de manteca, aceite o grasa de cerdo, sal y también se le suele añadir anís.
La suavidad del almidón de mandioca permite que el queso sea el protagonista principal. La chipa -una vez horneada- se caracteriza por tener una textura crocante en su exterior y suave y blanda en el interior, aunque depende de las proporciones utilizadas de los ingredientes.
Desde el 2015 en Paraguay, cada segundo viernes de agosto de cada año se conmemora el Día Nacional de la Chipa por decreto N° 5.267/2014, que también la proclama como alimento nacional. La sede de la Fiesta Nacional de la Chipa se lleva a cabo en la ciudad de Coronel José Félix Bogado -también nombrada como “la capital de la chipa”, en el Departamento de Itapúa, a 49 kilómetros de Encarnación.