El reloj inteligente, o smartwatch, nació bajo la promesa de sustituir al teléfono móvil, pero al día de hoy todavía es un sofisticado complemento, salvo alguna excepción notable. Hablemos sobre los puntos importantes que debes de tener en cuenta a la hora de comprar.
Desde los míticos relojes Casio con calculadora hasta los Sony Smartwatch y Pebble Original, parecía hasta cantado que iban a ser los relojes los ‘vestibles’ en llevarse el gato al agua.
Este artículo no busca convertirse en una guía de compra, al uso limitado a especificaciones puras y duras, sino que intenta reflexionar sobre qué es importante a la hora de comprar un reloj inteligente para que nos dure lo máximo posible, teniendo en cuenta cómo evoluciona el sector y los modelos que podemos encontrar en el mercado.
Lo primero que debemos preguntarnos es qué esperamos de nuestro futuro smartwatch: ¿Lo quiero para controlar mi actividad física diaria y animarme a llevar una vida más activa? ¿Quiero poder dejar mi smartphone en casa y seguir conectado? ¿Necesito poder interactuar con él para responder a notificaciones? ¿Quiero oír música?
Como sucede con otros dispositivos como ordenadores o smartphones, las gamas más altas soportan mejor el paso del tiempo al integrar componentes más potentes, mayor conectividad y en general, un soporte más dilatado en forma de actualizaciones. Aunque nuestros gustos y necesidades pueden variar con el tiempo
Sin embargo, existen una serie de elementos universales a tener en cuenta para hacer rendir la compra:
Interfaz: un aspecto fundamental en los relojes inteligentes ya que se traduce en la forma en la que interactuamos con el dispositivo. Aunque el tamaño de la pantalla pueda resultar grande a nivel estético, manejarnos en dimensiones notables puede ser incómodo. Por este motivo se opta por trasladar parte de la experiencia al teléfono móvil, emplear botones laterales o incluso asistentes de voz, como es el caso de Siri para Apple Watch y Google Assistant en los smartwatches con Android Wear.
RAM, procesador y almacenamiento: En cuanto a procesador, en los modelos más populares como el Apple Watch, Samsung Galaxy Watch o Huawei Watch encontramos chips fabricados por ellos mismos. Otros modelos apuestan por chips fabricados por Qualcomm, ARM o MediaTek. Cuanta más RAM, mejor. Respecto al almacenamiento, no es casualidad que los modelos más ambiciosos de los fabricantes electrónicos integren LTE, una conectividad que dota de independencia del teléfono al permitir llamadas.
Autonomía: aunque lo ideal sería un reloj con autonomía dilatada, la tendencia del sector hacia un funcionamiento más independiente nos aboca a buscar los modelos que agilicen y hagan la carga más cómoda.