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Cartas Sororas, Paloma Peña creadora de DarPy

Amadas mujeres paraguayas:

En primer lugar, quiero decir que me siento honrada de poder participar de este espacio y dirigirme a ustedes, y en segundo lugar, quiero que sepan que nunca nada va a brillar como sus almas, así que a todo lo que le pongan alma y corazón siempre va a irradiar LUZ.

Mi nombre es Paloma Peña, me dicen «Paloki», tengo 26 años, soy cristiana, emprendedora, activista y misionera. Creé mi empresa social «Darpy» a los 21 años y este año abrí una oficina colaborativa (coworking) para mujeres emprendedoras «Wapas» junto con mi amiga Clau.

Darpy es una empresa social que se dedica a vender productos felices (así los llamo yo), como juegos de mesa, tarjetas con mensajes divertidos, agendas interactivas, entre otros. Todos estos con esencia bien paraguaya. El 20% del costo de cada producto va destinado al departamento de Hemato-Oncología Pediátrica del Hospital de Clínicas a través de la Fundación Asoleu (a niños que luchan contra el cáncer infantil).

Desde chica siempre quise tener un hogar que ayude a niños en situación de vulnerabilidad, pero también quería algún día tener mi propia empresa, y mi mente no concebía una realidad en que estos dos sueños se junten en uno solo hasta que conocí lo que es una empresa social. Esta sería una empresa que tiene un impacto positivo en la sociedad y a la vez, resulta rentable como negocio, es decir, es con fines de lucro. De esta manera, a medida que la empresa crece, la ayuda crece.

Antes de Darpy me sentía bastante perdida con respecto a mi futuro y mi rol como mujer paraguaya, me frustraba mucho pensar en eso. De lo que sí estaba segura era que siempre iba a dedicarme a ayudar a los más vulnerables, sea en mi trabajo o sea una actividad extra, y al final todo se dio junto y de la manera que menos me esperaba.

Al comienzo me bajoneaba cuando me decían que no era un trabajo de verdad, que podía ser mi hobby, pero que tenía que tener un «trabajo serio que me ayude a sobrevivir», que no era realista y que el mundo no funciona así, que nada es color de rosa, y que vender tarjetitas no me va a dar la vida que quiero.

Los primeros dos meses vendí más de 1.000 «tarjetitas», fue el único producto que vendió Darpy por tres años y nunca trabajamos a pérdida, el primer año partimos nuestra ganancia en dos y donamos la mitad al Hospital. Nuestro segundo producto de lista, el juego de mesa «Ñembotabú», tiene un año de vida y ya fueron vendidas 2.000 unidades.

Hoy día tenemos más de 50 puntos de venta en el país, incluyendo CDE, Encarnación, Pedro Juan Caballero, Hernandarias, Bella Vista, Coronel Oviedo Itauguá y Pilar; y contamos con 6 colaboradoras que son mujerazas y cada una tiene su propio proyecto en el que Darpy les ayuda a florecer. También a partir de este año tenemos nuestra propia ofi y decidimos hacerla colaborativa, para que más mujeres paraguayas emprendedoras tengan un lugar fijo para trabajar a precios super accesibles, ya que no tuve esa oportunidad durante tres años en los que los cafés y mi casa era la ofi de Darpy.

No dejen que los comentarios negativos calen a su alma, pueden bajonearse un rato, pero siempre SIGAN, luchen por sus sueños, que la constancia es lo que les va a llevar lejos, insistan, estudien, pidan y agradezcan por TODO, ¡que la gratitud solo trae cosas buenas! No hace falta que abran un negocio para ser emprendedoras, emprendan en su puesto de trabajo para escalar alto, emprendan en sus vidas, en sus familias, en llegar a ser la persona que apuntan ser, que la realización para cada una es diferente.

Lo que a mi me funcionó fue pedir, pidan en voz alta lo que quieren, aunque ni ustedes sepan, pidanle a Dios lo que sí saben que les gustaría ser o tener, que las oportunidades se forman solas, y cuando estas lleguen, asegúrense de agarrarlas con mucha fuerza, determinación, enfocadas y decididas, porque el camino no es fácil pero es TAN gratificante.

Por un tiempo mi lema fue «una lloradita y a seguir» porque el camino de emprendedor es hermoso y doloroso al mismo tiempo, tanto aprendizaje, risas, frustraciones, alegría, llanto, amor, y sobre todo PASIÓN, porque AMO lo que hago. Sé que me queda mucho todavía por aprender y que el éxito no es un destino, vivo agradecida por lo que logré y por eso quiero compartirlo con otras mujeres.

Mujeres paraguayas, amen lo que son y hagan todo con dedicación y amor, que si aún no aman lo que hacen, tienen que disfrutar el proceso, el camino al éxito está lleno de mini y a veces grandes fracasos. Sigan de pie y agradeciendo lo que sí tienen, y de repente van a saber que es hora de empezar algo extraordinario y confiar en la magia de nuevos comienzos.

Con amor,

Paloki.