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Cada vez más personas eligen disciplinas que no solo tonifican el cuerpo, sino que también promueven el equilibrio mental. En ese camino, el barré y el pilates se posicionan como dos de las opciones más populares dentro de las tendencias globales de entrenamiento físico. Ambas combinan fuerza, control, respiración y conciencia corporal… pero con enfoques diferentes. Si estás pensando en incorporar alguna de estas prácticas a tu rutina, te contamos todo lo que necesitás saber para elegir la que mejor se adapta a vos (¡o incluso combinar ambas!).
Tanto el pilates como el barré comparten una misma filosofía: conectar cuerpo y mente a través de movimientos controlados y funcionales. Ambas disciplinas mejoran la postura, fortalecen la musculatura profunda y ayudan a tomar mayor conciencia del propio cuerpo. Son ideales para quienes buscan entrenar con bajo impacto y máxima precisión.
El barré es una disciplina inspirada en el ballet clásico, pero no hace falta tener experiencia previa para practicarlo. Durante las clases, se trabaja con una barra (como en la danza) y se combinan ejercicios de yoga, pilates y entrenamiento funcional. ¿El resultado? Una rutina intensa pero entretenida, que tonifica piernas, glúteos, brazos y abdomen, siempre acompañada de música que marca el ritmo y le da un toque más dinámico a cada sesión.
Además de trabajar todos los grupos musculares, el barré mejora la coordinación, la flexibilidad y el equilibrio. Las clases suelen durar entre 50 y 60 minutos, con secuencias enfocadas por zonas del cuerpo y estiramientos al final para terminar en total relajación.
El método pilates fue creado por Joseph Pilates con el objetivo de fortalecer el “centro” del cuerpo (el core), mejorar la postura y prevenir lesiones. A diferencia del barré, el pilates se enfoca más en la respiración consciente, la alineación y la activación de la musculatura profunda a través de movimientos suaves pero exigentes.
Es ideal para quienes buscan una práctica más introspectiva, pausada y enfocada en la calidad del movimiento. También es una excelente opción para quienes están volviendo a entrenar después de una lesión o quieren mejorar su postura y flexibilidad.
Si buscás una actividad más enérgica, con música y enfoque full-body, el barré puede ser tu opción ideal. En cambio, si preferís un entrenamiento más técnico, centrado en la respiración y en la activación del core, el pilates es perfecto para vos.
Y si no querés elegir… ¡podés hacer ambas! Muchas personas combinan ambas disciplinas en su semana, alternando sesiones de barré y pilates para trabajar el cuerpo de manera integral, evitando la monotonía y potenciando los beneficios de cada práctica.
Ambas disciplinas son de bajo impacto y aptas para todos los niveles, pero hay algunas recomendaciones que vale la pena tener en cuenta. En barré, se sugiere cuidar la sobrecarga articular, especialmente si tenés antecedentes de lesiones en tobillos o rodillas. En pilates, quienes tienen hipertensión o afecciones respiratorias deberían consultar previamente con un profesional de la salud, ya que la respiración es una parte central de la práctica.
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