Bad Bunny sigue haciendo historia en el mundo de la música y el entretenimiento, esta vez al norte del continente siendo el primer headliner latino de habla hispana del icónico festival Coachella de California, Estados Unidos. El artista ofreció un show de dos horas en donde puso a bailar y cantar a todos los que podían seguirle el ritmo.
Luego de una introducción en español que contextualiza su set histórico, Bad Bunny apareció por en lo alto de una estación de servicio con luces de neón, un guiño a un reciente concierto sorpresa en Puerto Rico (luego convertido en su video musical para La Jumpa) y una forma inteligente de elevarse por encima de una multitud masiva que se empuja para poder ver al artista sobre el escenario.
Bad Bunny controló cómodamente el escenario con un micrófono amarillo neón y las 25 canciones que conformaron su setlist, entre ellas los hits de Un Verano Sin Ti (Tití Me Preguntó, Moscow Mule, Efecto), temas de reggaeton y trap de YHLQMDLG de 2020 (La Difícil, Yo Perreo Sola, Safaera con invitados Jowell y Randy y Ñengo Flow) y remixes más antiguos (Te Boté de 2018).
Tuvo en el escenario a Jhay Cortez y Post Malone, con quienes compartió un extraño momento en el que luchaban por entenderse para interpretar una canción, y además se tomó varios descansos. En uno, reprodujo un video educativo sobre ritmos latinos y africanos que han servido de base para los géneros latinoamericanos, especialmente el reguetón.
En otro paréntesis, Benito Martínez Ocasio se presentó ante el mundo (el festival también se retransmite a millones a través de YouTube) con un monólogo. También saldó algunas cuentas. Pidió a la gente que no lo juzgue en base a la versión que de él han creado los medios, en alusión a una polémica por su entrevista en la revista Time. Fue criticado en las redes sociales por declaraciones sobre el racismo y su peso político en su país natal. «El que quiera la verdad, venga a mi casa. ¿Quién quiere conocerme? ¿Quién quiere volver a casa?», preguntó.