Comenzó en un garaje con libros de segunda mano, pero al tercer año de su fundación ya cotizaba en bolsa con más de 50 millones de dólares. Hoy día sus intereses van desde el comercio electrónico, las transmisión de competencias y los negocios con entes gubernamentales, entre otros. Amazon llegó para quedarse.
Amazon recorrió un largo camino hasta llegar a su crecimiento actual. Arrancó en un garaje de Seattle en 1994 con el nombre de ‘Cadabra’, como startup que vendía libros de segunda mano, y solo necesitó dos años para expandir sus operaciones por Estados Unidos.
En 1997 ya cotizaba en la bolsa con 54 millones de dólares. La compañía inició entonces con su estrategia principal: reinvertir sus retornos en logística. Con mayor cantidad de bodegas, redes de distribución, tecnología para almacenar datos y otras ventajas, así podía competir a una escala más grande.
En los últimos 10 años se dedicó a ampliar sus negocios de manera acelerada. Compró la cadena Whole Foods Markets, entrando al negocio y a la distribución en tiendas físicas. Así también, diversificó la marca y llegó a más usuarios, mejorando su reputación a través de la creación de contenido original (series y películas), la compra de derechos de transmisiones deportivas (como el torneo de tenis de la ATP), entre otras hazañas.
Y en enero de 2019 vivió su momento cumbre. El emprendimiento de Jeff Bezos, hoy día el hombre más rico del mundo, llegó a una valoración de US$797.000 millones, que le permitió desbancar a Microsoft, valorada en US$789.000, y hacerse con el título de empresa más cotizada del mundo.
Amazon también está en otro negocio que es menos conocido: el almacenamiento de datos en la nube. De hecho, Amazon Web Services compite contra gigantes como Oracle y Microsoft por un contrato de US$10.000 millones para almacenar los datos del Pentágono en la nube.
¿Pero qué hace a esta compañía tan eficaz y rentable? Es aquí donde debemos hablar de valores. La declaración de la misión de Amazon establece que concentran sus esfuerzos en «ofrecer a nuestros clientes los precios más bajos posibles, la mejor selección disponible y la mayor comodidad».
La visión no puede estar más clara y, por eso, trabaja para convertirse en «la compañía más centrada en el cliente del mundo».
En otras palabras:
De formas diferentes, Amazon está en la constante búsqueda ser la única en su especie, diferenciándose por esos atributos que saben que les ayudarán a construir una ventaja competitiva sostenible.