Sin lugar a dudas, el arte y la música deben ser accesibles para todos. Es un derecho que debe ser integrado de manera imprescindible. La música nos humaniza, nos pone en contacto con nuestras emociones y con la de los demás, nos da la oportunidad de crear, compartir, generar vínculos y experiencias.
La escena musical independiente latinoamericana no para de crecer. Con miles de artistas subiendo su material a las redes a cada instante, la oferta sonora es tan rica como abrumadora. En países como Puerto Rico, Argentina o Chile, la ebullición de nuevos grupos es imparable. En este caso, nos detenemos en el torbellino de bandas que surgen en Paraguay que no podés dejar de escuchar.
Domingo Sounds es una banda asuncena, fundada por Domi Lombardo que a su vez hace la voz y guitarra. La banda se encuentra integrada por Domi Lombardo, quien es el vocalista y guitarrista principal del grupo; Gea Cáceres, como segunda voz, y en la batería se encuentra Walter Rodríguez. Posteriormente se unen al equipo Sergio López, Mónica Ferreira, Silvio Bogarín y Sergio Céspedes.
MilkShake es una banda paraguaya que explora diferentes géneros musicales, entre ellos el reggaetón y el pop. Está conformada por Sabrina Montes, María José Maciel, Bruno Méndez, Robin Velázquez y Giuseppe Campione.
Auroras está compuesta por Panchi Galarce (en guitarra, bajo y voz) y Diego Zarza (guitarra y voz), ambos integrantes de la consolidada banda de punk rock nacional, Garage 21. Actualmente cuentan con la participación de Andrea Domínguez en el bajo y de Erman Espínola en la batería.
Todos sabemos que una buena canción nos pone los vellos de punta, puede hacernos sentir escalofríos, acelera el corazón y provoca otros cambios propios de la excitación emocional. Nuevos estudios en neurociencia han demostrado que una recompensa abstracta como la música provoca la liberación masiva de dopamina. Éste es un neurotransmisor que, dicho sea de paso, juega un papel fundamental a la hora de establecer y perpetuar comportamientos que son biológicamente necesarios. Es decir, gracias a que con la música se ponen en marcha circuitos cerebrales asociados al placer, aumenta el bienestar, y qué mejor que disfrutar con música hecha en Paraguay.